30 de noviembre de 2010

Enfoque


El foco de las miradas, originalmente cargada por My Buffo XP.
“¿Cuántos intelectuales se necesitan para cambiar un foquito? Ninguno: según ellos, el foquito no es más que un constructo teórico, un concepto analítico, un recorte hermenéutico en una realidad continua. Y, de todos modos, el trabajo manual corresponde a porteros, conserjes, ordenanzas y bedeles.”
Vladimiro Marrón

Testimonial

“La Historia de un acontecimiento o de un suceso, de un período, de una etapa o de una época (la Historia con mayúsculas, producto de la labor ardua del historiador, de la interpretación y análisis de los documentos), solo puede escribirse cuando los protagonistas y los testigos ya han desaparecido. Incluso es preferible que se escriba varias generaciones después. Toda narración o análisis de los hechos previos a ese momento es puro testimonio.”
Tabb Capslocke, en Historia del Testimonio

20 de noviembre de 2010

No somos nada

“Los átomos son en su mayor parte espacio vacío. La materia se compone principalmente de nada.”
Carl Sagan, en Cosmos

14 de noviembre de 2010

En defensa de la RAE


Spanish Royal Academy, originalmente cargada por Julikeishon.

(Nunca creí que escribiría esto.)

Ante las polémicas suscitadas en torno a las que serán, con toda probabilidad, las nuevas normas ortográficas recomendadas por la Real Academia Española (y consensuadas entre las veintidós Academias de la Lengua, no lo olvidemos), creo que es necesario pararse a pensar un momento.
Si bien no me gusta que le impongan el nombre uve a mi querida ve corta (nada me privará de seguir llamándola como se me dé la gana, aunque el corrector de un periódico o de una editorial tendrá que censurarme), o bien prefiero el erudito i griega al arrabalero ye, o la elegante grafía Qatar antes que la gastronómica Catar, lo que más rechazo ha generado entre opinólogos varios es la eliminación de ciertas tildes diacríticas (las que se colocan para distinguir significados, aunque no correspondan según las reglas generales de acentuación).
Palabras como solo (tanto el adjetivo de “Estoy más solo que Adán en el Día de la Madre”, como el sustantivo de “Alex Lifeson tocó un solo de guitarra”) se distinguen del adverbio solo (en frases como “Ella compra el diario sólo cuando viene con regalos”, y que puede reemplazarse por solamente) mediante la colocación de una simpática tilde en la primera o de este último. Lo mismo ocurre entre los adjetivos este, ese, aquel (y sus formas femeninas y plurales) y los pronombres este, ese, aquel (y sus formas femeninas y plurales). De este modo, se escribe “Este tipo no tiene idea” y “Éste no tiene idea”.
Sin embargo, la RAE ya había recomendado en la Ortografía de 1999 que la tilde se empleara únicamente “cuando exista riesgo de ambigüedad”. Así, se facilitaba el aprendizaje de las reglas de acentuación, ya que la tilde diacrítica constituye una excepción molesta. Y cualquiera que aprende una lengua nueva sabe lo fastidiosas que son las excepciones. Acotándola a un uso muy específico y casi marginal, la ausencia de tilde en solo sería rara vez una falta de ortografía.
Por lo visto, la RAE considera que ahora no hace falta deshacer la ambigüedad con la tilde, pues el contexto la deshace. Para mí, esta es la clave, la novedad y, a su vez, lo que hace defendible la postura de la Academia: por primera vez, los eruditos de la lengua despegan la cabeza de los manuales de gramática y miran al mundo que los rodea. Y en esa mirada descubren que solamente en los manuales de lengua hay frases aisladas, sin contexto, cuya comprensión resulta difícil sin ayudas de tildes diacríticas.

9 de noviembre de 2010

Bondades históricas


Censurado (Zürich), originalmente cargada por Julikeishon en Suiza.

“En la historia no puede haber buenos y malos porque, ¿no es extrañamente sospechoso que los buenos seamos siempre nosotros?”
Tabb Capslocke, en "Historia de la Historia"

6 de noviembre de 2010

Lápices y bolígrafos

    Cuenta la leyenda que, cuando los astronautas de Estados Unidos volaron al espacio, descubrieron que no podían anotar las lecturas de los instrumentos en sus planillas porque la tinta de sus bolígrafos no fluía adecuadamente en ausencia de gravedad. Cuando volvieron a la Tierra comentaron el incidente a los técnicos de la NASA, quienes inmediatamente se pusieron a trabajar en la solución.
    Después de varios meses de investigaciones y unos cuantos cientos de millones de dólares invertidos, los técnicos consiguieron diseñar un sofisticado bolígrafo capaz de escribir en gravedad cero.
Años más tarde, cuando finalizó la Guerra Fría, los astronautas americanos y los cosmonautas rusos se encontraron en una estación espacial. Los estadounidenses hicieron entonces un descubrimiento que los sorprendió: desde el primer vuelo de Yuri Gagarin, los rusos habían estado escribiendo todo el tiempo con lápiz.

    Esta bonita anécdota, más allá de si es verdadera o falsa, deja algunas moralejas. La primera de ellas, y la que más interesa a los grandes empresarios y a los lectores del Marca, es que con el suficiente dinero se puede conseguir cualquier cosa. La segunda (y más interesante), es que la mitad de la solución depende de cómo se plantee el problema.
    De este modo, ¿cuál era el verdadero inconveniente de los astronautas? ¿Que no podían escribir con un bolígrafo en el espacio? ¿O, simplemente, que no podían escribir en el espacio? Los estadounidenses de esta historia respondieron a la primera pregunta; los rusos, a la segunda.

Breve tratado sobre la originalidad


“El primero que dijo ‘tus labios son como una rosa’ es un genio; el último, un tarado.”

Federico Klemm,
 en El Banquete Telemático

2 de noviembre de 2010

Diseño inteligente

"Lowell siempre dijo que la regularidad de los canales [de Marte] era un signo inequívoco de su origen inteligente. Y no se equivocaba. Sólo falta saber en qué lado del telescopio estaba la inteligencia."
Carl Sagan, en Cosmos

1 de noviembre de 2010

Reformulación políticamente correcta

Decía una pieza que todos y todas hemos oído alguna vez:

Si un diplomático dice que sí, quiere decir que tal vez. Si dice “tal vez”, quiere decir que no. Y si dice que no, no es un diplomático.
En cambio, si una mujer dice que no, quiere decir que tal vez. Si dice “tal vez”, quiere decir que sí. Y si dice que sí, no es una mujer.

Ahora bien, de acuerdo a los cánones de corrección política, esto es una aberración machista, infame, execrable, inexcusable, intolerable, despreciable e inflamable. Por lo tanto, desde el Comité en Pro de la Igualdad Igualitaria de Género y Génera, proponemos la siguiente reformulación no sexista que subsane de forma definitiva, tajante y terminante la injusticia histórica y los patrones socio-culturales que subyacen a esta frase de apariencia inocente pero de implicaciones profundas. A continuación, el fragmento de texto que debe ser reformulado:

Si un diplomático o una diplomática dice que sí, quiere decir que tal vez. Si dice “tal vez”, quiere decir que no. Y si dice que no, no es un diplomático o una diplomática.

Exigimos que las autoridades difundan este texto por todos los canales posibles.