88, originalmente cargada por Lewenhaupt.
-
Es
imposible transitar por Buenos Aires, o tomarse un café, o pararse en una
esquina, o sentarse en el banco de una plaza, sin que te aborde alguna persona
con intenciones de lo más diversas. Repaso solo algunas de las principales:
preguntarte si tenés hora; preguntarte qué hora es; venderte la revista Hecho en Buenos Aires; venderte biromes
o lapiceras u otros elementos de oficina; venderte fundas para la tarjeta SUBE;
venderte libros para colorear; manguearte unas monedas a cambio de una
estampita; manguearte unas monedas para el colectivo; manguearte unas monedas
para morfar algo; manguearte unas monedas sin motivo añadido; ofrecerte un show
de tango; ofrecerte una excursión al Tigre; ofrecerte cambio-cambio, reales, dólares,
cambio; entregarte un folleto para que termines el secundario, vayas al
odontólogo o compres artículos de librería; entregarte un volante para “casas
de relax”; consultarte dónde queda tal calle, si falta mucho para alguna plaza
o dónde para equis colectivo; preguntarte si conocés a Jesús; preguntarte si
querés conocer a Jesús; preguntarte por qué no querés conocer a Jesús;
invitarte a conocer a Jesús; insistirte con que sería bueno que conocieras a
Jesús; afanarte.