18 de mayo de 2010

Todo pasa


Should I stay or should I go?, originalmente cargada por My Buffo.

Vladimiro Marrón nos dice: “Todo pasa”, y con esa frase breve y contundente lanza un desafío a la razón y a nuestras convicciones.

Las explicaciones simplistas (J. Grondona, 1979, 1986, 1994) insisten en que el enunciado sólo indica que todo concluye, todo nos abandona en algún momento, como el agua del río que fluye sin cesar.
Esto es así, pero no sólo así. La máxima marroniana también indica que cualquier cosa susceptible de ocurrir, ocurre efectivamente.
Normalmente formularíamos (erróneamente) la frase de este modo: “pasa de todo” o “todo puede pasar”. Pero en ambos casos no estaríamos alcanzando la profundidad ni la radicalidad que Marrón induce. “Pasa de todo” quiere decir que ocurren una serie de hechos pertenecientes a unas categorías preestablecidas (por ello remarco el de); mientas que “todo puede pasar” indica probabilidad incierta, ya que poder indica posibilidad y no certeza; de modo que, según esta última sentencia, ni siquiera es seguro que algo vaya a pasar.
En cambio, el “todo pasa” de Vladimiro Marrón es una afirmación contundente de que todo va a pasar (Marrón usa el tiempo presente lo cual es, en realidad y como veremos, más correcto). Y todo es todo, aquello que es posible, imaginado o inimaginable. Incluso una cosa y su contrario, lo imposible.
Lo que el filósofo argentino viene a decir, en definitiva, es que imposible es sólo una forma humana (y por lo tanto imperfecta) de decir que hay determinadas cosas que no encajan en nuestros esquemas de entendimiento, que no pueden ser explicadas por ni derivadas de aquellos, que carecen de sentido o se contradicen según esos esquemas y que, por tanto, son enviadas a un terreno tan opaco como un agujero negro: el magma de las cosas no-posibles.
Pero ¿quiénes somos nosotros para decidir que existe en el Universo algo que no es posible? Somos un insignificante subproducto de la evolución y, como tales, no podemos arrogarnos el derecho de determinar qué es posible y qué no. De hecho, el mero hecho de que pensemos en cosas imposibles, como la nada o la propia noción de imposible, hace que nos demos cuenta de que todo es posible.
Otra cosa es que podamos aprehender y comprender todo lo que estas cuestiones implican. Eso sí que parece imposible.
Juan Pedro Soco Urtizberea

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