5 de septiembre de 2010

Según Dios, Él no existe

    Dicen que dijo (o escribió) Stephen Hawking algo así como que “no es necesario invocar a Dios (...) para que el universo exista”; o alguna cosa semejante según la cual no necesitamos a Dios (o al concepto de Dios) para explicar el origen de todo.
    A raíz de ello, se vienen sucediendo en el mundo numerosas reacciones basadas en rumores y apreciaciones al vuelo, muchas de ellas sin fundamento y otras tantas combatiendo contra hombres de paja. Gente que toca de oído se siente agraviada por las palabras del científico y, parafraseando a Donald Rumsfeld, afirma que “la ausencia de pruebas no prueba la ausencia”, como si la pregunta sobre la existencia de Dios (suponiendo que ese sea el tema que aborda Hawking) fuese un crimen de C.S.I.
    Los seguidores de Vladimiro Marrón, animados por su afán de zanjar la cuestión (o contribuir a la confusión) recuerdan hoy algunos pensamientos del filósofo argentino que (según estiman) son aplicables a este contexto: “Siempre he creído que no vale la pena creer en nada”, citan unos como prueba fehaciente del ateísmo marroniano. Una vertiente de marronistas religiosos, sin embargo, cree que Marrón tomó partido a favor del creacionismo cuando describió: “Los científicos son personas que quieren convencer al resto de la humanidad de que es absurdo e imposible que un Dios todopoderoso creara la Tierra en siete días, o que la verdad esté escondida en una palabra o en una letra; en cambio, intentan explicar que el universo comenzó en un punto matemático que un día estalló porque sí.” Otros, finalmente, restan valor a estas discusiones con otra sentencia de Marrón: “La verdad está sobrevalorada.”
    Por su parte, el Dios de caricatura en el que solemos depositar nuestra fe y nuestros temores probablemente ignore estas discusiones. Es posible que siga atascado en su taller, tratando de crear una piedra tan pesada que ni él mismo sea capaz de levantar, mientras un Diablo socarrón se burla desde la puerta, desafiándolo: “Cuando termines con eso (si es que algún día terminás con eso), deberías intentar de nuevo la creación de seres inteligentes. A ver si esta vez te sale bien y nos dejan en paz.”

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