5 de octubre de 2012

Guión para la peor entrevista en la historia del periodismo científico


El asunto se titula de la siguiente manera: Hallan la estrella más cercana al agujero negro central de la Vía Láctea. En un programa de radio matinal, de estos de información general, presentan el tema con un informe plagado de explicaciones reduccionistas que te dejan como estabas antes y luego, para aclarar más el tema, llaman a un experto (el responsable de un observatorio). El periodisto de turno empieza la entrevista así:

‒¿Por qué el Universo se sigue expandiendo de forma infinita? [sic]
El experto, paciente y probablemente acostumbrado a escuchar preguntas de esta guisa, responde lo que buenamente puede y, en un gesto de grandeza que lo honra, halaga al estúpido del entrevistador diciéndole “esa es la pregunta del millón, o la del Premio Nobel”. Menciona algo sobre la “energía oscura” y luego elude seguir por ese camino indicándole al entrevistador que el tema da para seguir investigando durante décadas.

El periodisto, no conforme con su primera jugada, insiste con otra preguntonta:
‒Sin embargo, todavía no sabemos de dónde venimos y adónde vamos. [¿sin embargo con respecto a qué?]
El experto, absorto pero con un gran saber estar, insiste en que no es una pregunta de fácil respuesta. Añade que “aunque la supiéramos [a la respuesta] seguro que no la podríamos contestar en unas pocas líneas”. Después introduce de manera muy general algunos conceptos básicos sobre el Big Bang y nuestra ignorancia sobre la materia que constituye el Universo.

El periodisto continúa con alguna pregunta algo más lógica, encaminada a la divulgación (por qué se construyen observatorios en desiertos, etc.), pero le dura poco. No puede con su genio y suelta:
‒¿Otros universos son posibles?
El experto indica que “por definición, la palabra Universo es todo, por eso tenemos que hablar de UN Universo”. Luego aclara que, cuando los astrónomos hablan del Universo, hablan del “Universo observable”, es decir, una esfera centrada en la Tierra y con un radio de 14.000 millones de años luz (lo más lejano que actualmente se puede aspirar a observar de manera directa).

A continuación, en una brillante analogía con los ciclos económicos, el periodisto pregunta si el Universo se puede “comprimir” y si hay “fases de expansión”. El experto, amablemente, no lo descarta. El periodisto prosigue en su línea:
‒Si todo sigue como va, parece que dentro de 5.000 millones de años el Sol nos va a absorber.
El experto indica que eso es bien probable y luego explica en qué consiste una estrella, qué procesos se desarrollan en su interior y por qué el Sol absorbería a la Tierra. No obstante, añade al final de su exposición: “Pero estoy seguro de que nuestra civilización se va a encargar de destruirnos antes de que eso ocurra”. A lo que el periodisto responde (como si la última frase no hubiera existido):
‒Me tranquiliza y mucho saber que es 5.000 millones de años.
Resignado, el experto dice “sí, las escalas astronómicas siempre son muy, muy grandes”.

Esto, que parece un chiste o un escenario exagerado y esterotipado sobre la imbecilidad periodistiquil y las enormes falencias en la divulgación de noticias científicas que tiene el periodismo actual, es un hecho real.
Esto ha pasado y nosotros lo permitimos. El periodisto se llama Manolo H.H., la víctima (el experto) es Xavier Barcons y el programa de radio es El día menos pensado de Radio Nacional de España.

Y si no me creen, visiten este enlace mientras esté disponible.

No hay comentarios.: