1 de abril de 2010

Lo mismo no es ni parecido


Al cine en bicicleta
Cargado originalmente por Julikeishon en Basel

    Vladimiro Marrón dijo una vez: “Sólo hay cine y literatura para los intelectuales. Los mortales simplemente ven películas y leen libros.” El pensador estadounidense Tabb Capslocke, más tarde y en cuanto supo el hecho, acusó a Marrón de plagio, puesto que él había escrito, casi una década antes de que el argentino pronunciase su frase, el mismo exacto sintagma sólo que en inglés, pero cuyas traducciones al castellano coincidían perfectamente con la sentencia marroniana. Cito, por ejemplo, una edición española de 1976:
    “Sólo hay cine y literatura para los intelectuales. Los mortales simplemente ven películas y leen libros.” (T. Capslocke, Historia del Arte Universal, Barcelona, 1976)
    Ahora bien, ¿han dicho lo mismo Capslocke y Marrón? Si se analizan cabalmente las frases de uno y otro, veremos cómo no sólo no dicen lo mismo, sino que difieren radicalmente.
    Lo que Capslocke quiere decir es que el Arte sólo está al alcance de quien cuenta con el suficiente bagaje cultural como para analizarlo, clasificarlo, estudiarlo, relacionarlo, glosarlo, contextualizarlo, criticarlo y comprenderlo. El intelectual es el único que puede ver literatura y cine allí donde hay libros y filmes, y por ello mismo accede a la inmortalidad, pues trasciende el plano material y se perpetúa a través del Arte. Los demás, los mortales, deben conformarse con acceder a la materialización de la obra intelectual, sin llegar a ver más allá de la obra en sí, sin ascender a partir de ella hacia el Cine y la Literatura (las mayúsculas son mías). Así, el inculto sucumbe como sucumben las páginas de un libro, que amarillean y se ajan hasta deshacerse en polvo; o como sucumben las películas, que pierden color, brillo y contraste, se manchan, o se extravían en archivos públicos.
    Marrón, en cambio, está afirmando que el cine y la literatura son meros constructos del intelectual, otro castillo de naipes en su universo de ficciones narrativas que componen aquello que llaman ciencias, hermenéutica y crítica. La única verdad es la que está al alcance de la mano de (el común de) los mortales: el libro y la película. Todo lo demás es puro juego intelectual.
Juan Pedro Soco Urtizberea

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